Un día me contaban que en Gabón se está llevando bien el tema de la vivienda. Allí, el gobierno compra un terreno, construye una casa, y “obliga” a una familia que vive en situación de miseria a comprarla, a un precio razonable, pagando con su antiguo terreno parte de la nueva vivienda. Y así, sucesivamente, haciendo una cadena de renovación de casas, de modo que mediante ayudas estatales fuera más fácil acceder a una vivienda digna.
Aquí parece que el gobierno se decidió a hacer lo mismo. Alguna vez os he hablado de Niumbili, la zona más marginal de la ciudad. Pues bien, se empezaron a construir un montón de viviendas que, aunque algo apartadas de la ciudad, están bastante bien. Un sitio donde primero se urbanizaba, y luego se construía, de modo que el acceso a la electricidad y al agua estaba bastante garantizado.
Cuando una pasa por allí con el coche, lo cierto es que impresiona. Ya desde lo lejos se divisan todas las casitas (en España lo llamaríamos unifamiliares, pero aquí es que es la forma de construir) distribuidas en una planta hecha con escuadra y cartabón. Tiene espacios verdes, alguna zona deportiva, y está todo lo limpio que se espera de un sitio recién construido, y donde se puede aplicar la política de recogida de basuras desde el principio.
Aunque se supone que son viviendas sociales, el precio es un poco alto. No tanto por el precio, que eran 10 millones (15.000 €), sino porque la entrada que se exigía era demasiado para una sociedad que no está acostumbrada a ahorrar para tener un colchón de seguridad. Pero no cabe duda de que podría ser una oportunidad buena si se combinara con una financiación asumible. Había nacido una nueva zona en la ciudad: Buena esperanza.
Así, se dijo a los propietarios de casas en Niumbili que pasaran por el ministerio para comenzar las gestiones. Muchos se apresuraron, aliviados por fin al pensar que les llegaría un poco de todo el dinero que deja el petróleo en esta tierra. Pero cuando iban allí, nunca conseguían que les atendieran. O les pedían un papel que el día anterior no se había mencionado, o simplemente se les invitaba a volver al día siguiente, porque todavía no estaba lista la gestión. Y muchos fueron día tras día esperando poder acceder a una de esas casitas tan monas que se les había prometido.
Esta situación duró varios meses, de tal modo que muchos empezaron a sospechar. Y entonces fue cuando se destapó la liebre. No había ministro que no se hubiera agenciado unas diez casitas, para después venderlas a “precio de mercado” y embolsarse dinerito, no sé si la diferencia, o directamente todo el dinero que se pagara por un bien que había sido gratuito para ellos.
Consecuencia: toda la gente de Niumbili sigue en su sitio, mientras que las pocas casas que han sido habitadas tienen por inquilinos a aquellos que tienen un buen padrino. Pero aquí no hay lugar a los levantamientos populares: no sé si por el miedo a las represalias, o porque nadie terminó de confiar mucho en las buenas intenciones que se vendían por radio y televisión. Es ese conformismo que cuando uno llega aquí no consigue comprender, pero al que poco a poco termina amoldándose.
Cuando visitamos la zona en coche, vi un grupito de casas un poco más apartadas del resto. Casi que me arrepentí de preguntar. Todas esas viviendas era de la primera dama. “¿Pero para qué las quiere? ¡Si tiene mil posesiones!”. Y es que aquí, aquello del “Tanto tienes, tanto vales”, parece no tener límite, ni siquiera el del sentido común.
Hay situaciones que a uno de dan mucha rabia, pero cuando ve que se juega con la “Buena esperanza” de los que menos tienen, ese sentimiento se convierte en algo muy difícil de explicar.
Buenos días Jorge y resto de familia Moreno,
ResponderEliminarmenos mal que el ciber mundo nos permite comunicarnos, aunque sea de Pascuas a Ramos !!!!
Enhorabuena Jorge por las experiencias vividas y tu deseo de compartirlas !
Estaba visitando esta web y me he acordado de ti, por si te interesare... Un abrazo grande a todos
http://spain.ashoka.org/
Hola Jorge y familia!!
ResponderEliminarMe ha pasado mi hermana tu blog (no sabía que habías estado por allí) y llevo un rato "viajando" por diversas emociones!!
Me alegro mucho de que hayas vivido experiencias tan enriquecedoras y te agradezco que las compartas!
Este año SÍ voy a la primada así que espero que nos veamos entonces!
Un fuerte abrazo a todos
Natalia
¡Familia Tobías! ¿Cómoe estáis?
ResponderEliminarMe alegra que os haya gustado, la verdad es que la experiencia ha sido muy enriquecedora, y ahora toca ir asimilándola poco a poco, así que en ello estamos.
A ver si nos vemos pronto. ¡Besos!