Llueve. Llueve mucho. Así que no es plan de salir de casa. “Voy a trabajar algo con el ordenador”, pienso, con la mentalidad de que ambas cosas, lluvia y ordenador, son compatibles. Pero aquí ocurre que a veces, cuando llueve, se va la luz. O incluso aunque no llueva. Y hoy se ha ido. Unas cuantas horas. Otro día igual me hubiera cabreado. Pero hoy no.
Y hoy no toca, porque tocó ayer. Ayer me pasó toda la tarde intentando conseguir un programa que pensaba que me había traído, y que no hacía más que darme error. Y dije “Voy a ver si consigo bajármelo de internet, que sólo son 10mb”. Y la primera estimación del programa (después de estar 20 minutos intentando coger red), era que tardaría un día y 5 horas en bajármelo, a una velocidad de 60 bytes/s. Alucinante. Y diréis, “lo dejaste de intentar”. No soy cabezón ni nada. Ahí estuve toda la tarde, probando mil cosas a ver si lo conseguía. Pero nada, no hubo manera. Desde las 4 de la tarde, hasta las 10 de la noche, para nada. 0% de producción. Y me fui a la cama un poco cabreado.
Pero me fui a la cama prometiéndome a mi mismo que al día siguiente me levantaría con más ánimo. Y así ha sido esta mañana. Me he levantado a las 6.35, para bajar corriendo a misa de 6.30. Resulta que al padre le ha dado por empezar antes, y he llegado a las peticiones. Bueno, no pasa nada. Me he subido al oratorio a poner en claro algunas cosas, y después de desayunar, he estado charlando con Félix, el único claretiano que queda en la casa (todos los demás están de ejercicios, y los dos seminaristas que iban a haber venido ayer han hecho pellas), y nos hemos ido a comprar comida al mercado. Todo congelado, por cierto. Aquí tenéis la lista de precios, del almacén, regentado por árabes, en el que hemos comprado. Haceos a la idea de que el salario medio de un trabajador normal puede rondar los 130.000 francos, unos 200 euros. Casi nada…
Por cierto, la calidad de las fotos es lamentable, porque si no no hay quien las suba...que esto va muy lentito. Y además, no sé por qué, pero se pierden las proporciones. Pero más o menos, os hacéis una idea, que es de lo que se trata.
Y ya nos hemos ido a la policía, a ver si me devolvían el pasaporte con el visado ya puesto. Y después de esperar un buen rato, ¿a que no sabéis que nos han dicho? “Vuelva usted mañana”. Al final esto no va a ser tan distinto de España. En algunas cosas.
En la ida en taxi hasta la policía, hemos ido por la flamante autovía que os dije el otro día, pasando por el Gran Estadio de Malabo, y otras muchas construcciones. Pero al volver, hemos ido por otro camino. Hemos ido por el barrio del mercado. Y ahí he visto lo que no sale en la tele. Miles de chabolillas apiladas unas junto a otras, niños descalzos y en calzoncillos corriendo por las calles de tierra, etc… Pero también he visto otras cosas. Cientos de tiendas y negocios, con poco lustre, pero mucha dignidad. Desde lo más básico (un tío con una silla, una sombrilla, un móvil, y un cartel que dice “Aquí se pone saldo”, para el móvil, claro), hasta una casetilla, con un montón de ropa, o con aparatos electrónicos, o con escáner y tratamiento de textos y documentos. Vamos, ante todo, mucha esperanza. Y confianza en sí mismos. Eso es lo que ha de sacar a este continente de muchas penurias.
Ahí es donde creo que hay que estar. Y ahí pretendo llegar, contactando con alguien que trabaje en zonas de ese tipo, que habitualmente suelen ser las hermanas. Así que como sé donde vive una comunidad, aquí al lado de casa, si deja de llover me pasaré a presentarme. ¡Hay que dar lugar al espíritu!
Así que cuando en casa ya de vuelta me he visto atado de pies y manos, por no poder salir ni hacer nada relativo a la electricidad, no me he alterado. Me he relajado, y he empezado a leer un librito que traje. Todo llega. Paciencia.
Y en estas que he hecho un amiguito. Se llama Joel, y no me ha dicho gran cosa, ya que el pobre estaba todo el rato llorando. Le están saliendo los dientes, y le hacen daño. Es el hijo de una de las trabajadoras de la casa (por cierto, la única que no sé cómo se llama, las otras son Judith y Verónica). Y ahí hemos estado, haciendo el mono, e intentando olvidarnos de los dolores, ya sean de las encías, o de lo que sea. Nos lo hemos pasado bien, je!
Ya ha vuelto la luz (lógico, si no no estaríais leyendo esto), así que me pondré a algo ahora. Ya os contaré, que hoy os he pegado buena chapada… Por cierto, no hace falta decir que si muchos días no os contacto, es porque no hay luz, o porque no hay red, o por ambas. Mientras, intentaré que os llegue todo. Que también sois parte de esto.
Se os quiere.
Hola Jorge. Un saludo desde Logroño.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en esta experiencia.
Por cierto, viendo los precios creo que te vas a hinchar a comer alas y salchichas de pollo. Espero que te gusten...
anda que si llegamos a saber esto te hubieras llevado el pincho eh? je je que mala pata.
ResponderEliminarpor cierto, vaya precios eh? y luego nos quejamos. si es que....
Gracias Jose. no, no voy a hacer ningún comentario sobre las salchichas y los negros de áfrica, por mucho que me insistas.
ResponderEliminarNada hermana, el pincho aquí no vale para nada. Otro día os cuento cómo está el tema de internet y los precios por aquí. Que os caeréis de culo.
Chao!
Soy Charo ( a la que le vienen muy bien las explicaciones sobre cómo contestar a un blog)
ResponderEliminarVeo que no abandonas tu espíritu emprendedor y que tu cabezonería sirve para algo.Seguiré atentamente tu blog, aunque todas esas expkicaciones informáticas me ponen dolor de cabeza.me alegro que se vaya la luz de vez en cuando si eso te anima a leer. No tengo cosas ni la mitad de interesantes que las tuyas, excepto que mi sobrina quiere el ordenador, ya, para jugar. Un besazo, guapo.
Buenas manito, lo primero: pobre Joel!!!! lo que va a tener que aguantar!!!!
ResponderEliminarPor lo demás, que emocionante y que envidia!!!
Disfruta mucho y hazme llegar toda esa realidad, vivela lo mas intensamente que puedas y no pierdas ni un minuto saboreandola que dos meses pasan muy muy rapido...
Un besote muy gordo.
Cova
Gracias Covita!
ResponderEliminarLa verdad es que está siendo muy enriquecedor. Estando aquí, no hace falta que pase algo nuevo, a cada rato se entiende un poco más lo que se vive. Yo voy llenando el zurrón poco a poco, aunque todavía no entienda muchas cosas. Todo llegará.
Besos a los tres